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El Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña que el Purgatorio es un estado de purificación para aquellas almas que mueren en gracia de Dios pero que aún necesitan ser purificadas antes de entrar en la visión beatífica. (CIC 1030) y en la Palabra de Dios encontramos lo que San Pablo recordó a los Corintios en su primera carta: "La obra de cada uno quedará al descubierto. El día del juicio la pondrá de manifiesto, porque se revelará en fuego; y el fuego probará la calidad de la obra de cada uno." (1 Cor 3, 13). Hoy te compartimos estas claves que nos servirán para evitar el paso por el purgatorio y llegar directo al cielo cuando el Señor nos llame a su presencia. ¡No olvides compartirlo!