Nadie nos puede anticipar las consecuencias de nuestras acciones. No es posible traer el futuro al momento presente. Por ello hay que actuar y tener fe.
A la hora de tomar determinadas decisiones en las que uno se ve algo «perdido» y no sabe qué hacer, es bueno aprender a escucharse y descifrar las señales que nos indican qué camino tomar.