La catedrática Teresa González analiza las trayectorias de las primeras maestras que ejercieron en Canarias en un contexto de precariedad laboral, desigualdad de género y aislamiento geográfico. A partir de testimonios orales y documentos, reconstruye cómo estas mujeres, muchas provenientes de familias trabajadoras, accedieron al magisterio sin plaza fija, aprendiendo en la práctica y desplazándose entre islas para ejercer. El estudio subraya las condiciones difíciles en las que trabajaban, las exigencias diferenciadas respecto a sus colegas varones —como el dominio de corte y confección— y la importancia del apoyo entre compañeras. Además, denuncia el olvido institucional e historiográfico de estas maestras, cuyas aportaciones fueron fundamentales para el desarrollo educativo del archipiélago.