En un mundo donde la rebeldía y la independencia son alabadas, es fácil justificar la desobediencia hacia nuestros padres.
Pero la historia de los recabitas nos recuerda que honrar a nuestros padres es algo que Dios valora y recompensa.
Que la firmeza del mensaje de Jeremías 35:14 nos inspire a mantener el respeto y la obediencia hacia aquellos que nos dieron la vida.