“Oye a tu padre, a aquel que te engendró; y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies” (Proverbios 23:22).
Mucha gente tiene la idea falsa de que hay una edad en la que el hijo ya no necesita escuchar más a sus padres, sin embargo, la Escritura establece que escuchar el consejo de los padres se extiende desde la niñez hasta la vida adulta.