El ascenso de China como una potencia global ha sido una tendencia cada vez más evidente en las últimas décadas. Desde su adhesión a la OMC en 2001, la economía china ha experimentado un crecimiento acelerado, impulsado por políticas gubernamentales dirigidas a mejorar la productividad, la inversión en infraestructuras y la apertura a la inversión extranjera.
Este crecimiento económico ha permitido a China aumentar su influencia política y diplomática, y ha despertado el interés y la preocupación de otros países respecto a las intenciones del gobierno chino. Existe un debate sobre si el objetivo de China es convertirse en la principal potencia mundial, o simplemente consolidarse como una potencia regional con una influencia global significativa.
En este contexto, este programa de Primera Línea explorará cómo China se está preparando para consolidar su posición de poder en el mundo, a través de sus políticas comerciales, diplomáticas y sociales, y cuáles son las implicaciones de este proceso para el resto del mundo