La relación con los hijos adultos es un tema delicado, especialmente cuando se trata de opinar sobre sus vidas. Es natural que como padres queramos lo mejor para ellos y que tengamos nuestras propias ideas sobre lo que es correcto o no. Sin embargo, es importante recordar que nuestros hijos son adultos y tienen derecho a tomar sus propias decisiones, incluso si no estamos de acuerdo con ellas.