San Juan Pablo II meditó los **Misterios Gloriosos** del Santo Rosario con una profunda conexión a la esperanza cristiana y la vida en Cristo resucitado. Estos misterios celebran los momentos culminantes de la redención y la victoria definitiva de Cristo sobre el pecado y la muerte.
1. **La Resurrección del Señor**: San Juan Pablo II resaltó cómo este misterio es el fundamento de nuestra fe y esperanza, un llamado a vivir como testigos de Cristo vivo.
2. **La Ascensión del Señor**: Meditó sobre la misión encomendada a la Iglesia de llevar el Evangelio a todo el mundo, con la certeza de que Cristo permanece con nosotros.
3. **La Venida del Espíritu Santo**: Reflexionó en el Espíritu Santo como el alma de la Iglesia, quien nos guía y fortalece en nuestro camino de fe.
4. **La Asunción de María**: Destacó a María como signo de esperanza, quien nos muestra nuestro destino en la gloria celestial.
5. **La Coronación de María como Reina del Cielo y la Tierra**: Subrayó la especial relación de María con Cristo y la Iglesia, invitándonos a confiar en su intercesión y a buscar la gloria eterna.