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Si decimos que no tenemos pecado, mentimos. Somos pecadores y necesitamos estar siempre buscando de Dios para encontrar el perdón de lo que hacemos a diario. Si estamos en Dios, no debemos de dejar que el pecado gobierne nuestras vidas, nuestro compromiso es vencer al enemigo y el pecado en nosotros a través del poder y acción de nuestro Salvador.
Sabemos que tenemos un mandamiento, el amar a Dios y amar a nuestro prójimo. Juan va mas allá en pedir que hay que amar al hermano. En ese tiempo, los hermanos entraron en disputas debido a un error teológico que se estaba predicando. Esta acción llego mas allá en crear una gran división y separación dentro de la misma iglesia.