Su errática política exterior tiene como consecuencia convertirse en un socio muy poco fiable. Es el resultado de su debilidad política, ya que no cuenta con una mayoría parlamentaria sólida. Una muestra clara e inequívoca es que no puede presentar ni un proyecto de Presupuestos Generales del Estado, como exige la Constitución, ni una cuestión de confianza. Su único horizonte es la supervivencia a cualquier precio, incluso incumpliendo la Constitución.