El presidente del Tribunal Constitucional y sus mariachis deberían tener claro que en la vida no se puede tener todo. Lo sucedido con la sentencia que legitima la amnistía sería impensable en cualquier democracia de nuestro entorno. Los defensores del Estado de Derecho y la separación de poderes no se deben resignar ante esta felonía. No se puede aceptar ni esta mutación constitucional ni el uso alternativo del Derecho para complacer a Sánchez y sus aliados. Estamos ante una chapuza propia de juristas inexpertos y poco duchos en la Teoría del Estado y el Derecho Constitucional. Es cierto que los seis firmantes, encabezados por Conde-Pumpido que es