Es muy raro que un hecho legal, indiscutiblemente regular, pueda generar una crisis que se lleve a cinco jerarcas de primera línea, que venían cumpliendo relevantes gestiones. Si ese hecho administrativamente correcto (esto nadie lo discute) es, además, el simple otorgamiento de un pasaporte, resulta aún más paradójico. Pero eso es lo que ocurrió en este episodio de noviembre de 2021, que termina generando dos años después un terremoto político.