
Susana Zabala, artista española afincada desde hace años en Francia, participa en la exposición “Devociones imaginarias” que se inaugura el 13 de septiembre en la Galería Montparnasse de París.
Pero antes ha estado con Jordi Batallé en El invitado de RFI.
Susana Zabala es una artista textil ecléctica contemporánea. Nacida en España, en una familia de nueve hermanos, recuerda emocionada el orgullo de su madre quien, además de ocuparse de su hogar, obtiene un diploma de corte y confección. Puede ser este el origen de la predilección de Susana Zabala por la ropa como expresión de la emoción y de la sensibilidad.
El trabajo textil: este arte pobre o artesano donde, bajo el pretexto de utilitarismo se expresó durante siglos la creatividad de las mujeres. Muy joven, su talento para el dibujo fue resaltado por sus profesores, pero es en París donde perfeccionará su gusto y su conocimiento de las artes plásticas y visuales. Expatriada en Francia, es sin embargo mucho más tarde cuando la evidencia de una práctica artística personal se impone en ella.
Coge de su experiencia personal su inspiración pero no duda en apoderarse igualmente de temas sociales que le afectan, siempre con un enfoque personal y sensible. La Travesía, por ejemplo, evoca la condición de los emigrantes que atraviesan los mares pero también las aguas de la laguna Estigia, el pasaje entre la vida y la muerte.
El tríptico compuesto por Fenan, Why y Escalera al cielo evoca la dolorosa muerte de su hermano, pero también una reflexión más profunda sobre dónde van los seres queridos que han fallecido. Apasionada del flamenco y de la cultura andaluza, motivos e interpretaciones personales sobre temas propios de la España mítica – los encontramos en la obra de Pablo Picasso o de Francis Bacon – se encuentran en sus obras, como El Toro Soy Yo, donde ella declara ser el toro en el centro de la plaza. Asume el riesgo. Su vida está en juego en su arte.