"Desde lo profundo de mi desesperación, oh Señor, clamo por tu ayuda. Escucha mi clamor, oh Señor. Presta atención a mi oración. Señor, si llevaras un registro de nuestros pecados, ¿quién, oh Señor, podría sobrevivir? Pero tú ofreces perdón, para que aprendamos a temerte. Yo cuento con el Señor; sí, cuento con él; en su palabra he puesto mi esperanza. Anhelo al Señor más que los centinelas el amanecer, sí, más de lo que los centinelas anhelan el amanecer. Oh Israel, espera en el Señor; porque en el Señor hay amor inagotable; su redención sobreabunda. Él mismo redimirá a Israel de toda clase de pecado." - Salmos 130:1-8