Me encantan los Tatra, me encanta su historia, en la que aparece Porsche, los nazis, los comunistas… Y estoy seguro que vais a alucinar con estos coches adelantados a su tiempo… ¡Y no me olvido de los camiones!
A Tatra se la considera la tercera marca más antigua de la historia, tras Mercedes-Benz y Peugeot. Nació nada menos que en 1850. Y es una superviviente…
Sobrevivió al espionaje industrial, sobre todo de VW.
Sobrevivió a dos Guerras Mundiales.
Sobrevivió a la invasión de los nazis.
Sobrevivió al derrumbe del socialismo en la Europa central.
Y curiosamente la división de la desaparecida Checoslovaquia, la llegada del euro y el mercado único europeo acabo con ella como fabricante de turismos, pero no de camiones…
Hay mucho que contar. Primero vamos a centrarnos en los coches. En realidad, los orígenes de la marca se remontan un más lejos de 1850, nada menos que a 1820, cuando Ignác Šustala funda la compañía Nesseldorf. Pero el nombre de Tatra, en honor a los montes Tatras nace como marca en 1850 cuando se comienzan a construir coches de caballos. Y ya en 1897 compran un automóvil Benz y deciden usarlo como modelo para construir una mejor. Contaron para ello con un verdadero genio, el
En 1921 bajo la dirección de Ledwinka nace el Tipo 11, un coche muy moderno para su tiempo y que para mí y para muchos, marca el primer paso en el inicio del Tatra como coches muy modernos y de concepto distinto. El periodo de entre guerras había dado lugar al nacimiento de coches interesantes, pero lo mejor estaba por venir. Y llegaría de la mano no de uno, sino de “dos”, en plural, Ledwinka.
¿Por qué digo “los” Ledwinka? Porque a Hans se le une su hijo Erich que trae muchas ideas nuevas, ideas que se reflejan en el Tatra T77 de 1934, el primer coche realmente aerodinámico de la historia del automóvil. Te pongo un ejemplo: El Mercedes-Benz EQS un modelo eléctrico del que la marca presume de su coeficiente aerodinámico CX, que es de 0,20. Estamos en 2025. Volvemos a 1934, casi 100 años antes y este Tatra T77 anunciaba un CX de… ¡0,21! ¡Casi casi! E insisto, 100 años antes.
Este coche montaba un poderoso motor V8 de 3 litros de refrigeración por aire, un busca de la ligereza, que primero ofreció 65 CV y luego hasta 75 CV y que iba montado detrás… pero detrás. detrás, como el 911… o el Escarabajo. Y digo esto con segundas intenciones.
No, no hubo ningún Tatra denominado “escarabajo” pero sí un Tatra T97 lanzado en 1936 con
motor bóxer de 4 cilindros, aerodinámica estilo Tatra y una línea que recuerda a otro coche, inicialmente llamado Kdf-Wagen lanzado en 1938 y supuestamente diseñado por Ferdinand Porsche.
Esta similitud va más allá de un parecido razonable. La versión de Ferdinand Porsche es que hablaba a menudo con Ledwinka y eso le dio alguna que otra idea. Pero Tatra, tras la Segunda Guerra Mundial, demandó a VW y el litigio, que se resolvió en 1961, condeno a VW a compensar con 30 millones de marcos a Tatra… se ve antes del “diésel gate” VW ya hacia trampas.
Volvamos a la Segunda Guerra Mundial, cuando Alemania invade medio Mundo y entre ese medio Mundo estaba Checoslovaquia y se encuentran con los Tatra… y a los oficiales alemanes les encantaban.
En ese momento Tatra ya producía los T87, más refinados, pero también con motor trasero más grande y más potente, con versiones que rondaban los 100 CV y que superaban los 160 km/h, una velocidad de infarto en la época.
Eran bonitos, distintos, bien acabados, rápidos… y muy difíciles de conducir, con ese potente V8 ahí detrás. Y los jóvenes oficiales nazis, la mayoría sin experiencia al volante, les gustaba disfrutar de la velocidad de esos coches… pero un modelo que tenía la mala costumbre de protagonizar fuertes accidentes que acabaron con la vida de muchos de ellos.
Como el buen humor no falta nunca, ni en plena guerra ni entre los alemanes, la tropa llamó a estos coches “el arma secreta checoslovaca”. Los checos los llamaron los “mata nazis” y Hitler, que se ve que estaba en todo, prohibió a sus oficiales conducir esos rápidos coches.
La pobre Tatra y los podres checos, en ese momento checoslovacos, no gaban para sustos. Y tras el control de país por parte de los nazis, llego el control por parte de los comunistas, pues este país era uno de los “satélites” de la extinta URSS. Pese a todo en Tatra se la ingeniaron para fabricar un nuevo modelo, el T600, pero que, dentro de la famosa, tristemente famosa, economía planificada, llamaron “Tatraplan”. En realidad, ni T600 y “Tatraplan”, era el T107 sucesor de los 77, 87 y 97.
El motor, pasa de 8 a 4 cilindros bóxer, algo lógico con las penurias de la época y no es desde luego ni el mejor ni el más bonito de los Tatra. Se fabrico entre el 48 y el 51.
La URSS y su zona de influencia comunista necesitaban coches de lujo… Y fruto de este problema nace el T603 un coche de calidad, muy refinado, moderno, de estética muy llamativa y con su correspondiente V8 a 90 grados, este dato no os la había dado, de 2,5 litros y
150 CV que le permitía superar con cierta holgura los 160 km/h.
Pese a que el motor era ligero, no llegaba a 200 kg, y a que sus suspensiones eran muy sofisticadas para la época, seguía siendo un coche difícil de conducir… pero esto, lejos de ser un problema, hasta le daba un cierto “caché” a sus poseedores… una historia parecida a la del 911 en Norteamérica.
Este modelo tuvo una larga vida, desde más o menos 1954, porque en esos momentos por razones obvias los datos no son muy fiable, hasta 1975 y fue denominado por muchos como el mejor coche del comunismo… me sumo.
Tatra quería modernizar su estética y para eso contrata nada menos que a Vignale, que diseña el T613, quizás no tan original y aerodinámico, pero sí de aspecto mucho más moderno. Técnicamente era más de lo mismo, con su gran motor trasero V8 refrigerado por aire que se llevó a lo 3,5 litros y a casi 200 CV… pero los tiempos cambian y lo que en los años 70 podría ser hasta moderno, en los 80 acusaba al paso del tiempo y en los 80 y 90 era sencillamente un coche desfasado.
¿Muy atractivo? Sí. ¿Muy especial? Sí. pero desfasado. En los últimos años de su existencia se fabricaban con cuenta gotas y en total en 24 años de existencia se fabricaron alrededor de 11.000 unidades.
Pero en 1999 Tatra decide dejar de fabricar coches… y centrarse en los camiones, una división en la que estaban más actualizados y en la que había tenido muchos éxitos, incluso deportivos.