La grandeza de la proclamación del Evangelio del Reino de los Cielos no consiste en ‘celebrar’ el natalicio de Jesús, consiste en proclamar que Dios en su misericordia nos perdonó, y nos envió la provisión de su Gracia en Cristo Jesús;
La Potencia del Evangelio consiste en que Jesús, Dios encarnado, nos redimió en la cruz de la maldición por el pecado, y resucitó de entre los muertos, para darnos vida nuevamente, y volvernos al Padre.