TEXTO BÍBLICO: 2 Crónicas 7.1-7, 11-12
TEXTO ÁUREO: 2 Crónicas 7.3
«Cuando vieron todos los hijos de Israel descender el fuego y la gloria de Jehová sobre la Casa, se postraron sobre sus rostros en el pavimento y adoraron, y alabaron a Jehová, diciendo: Porque él es bueno, y su misericordia es para siempre».
OBJETIVOS
La gloria de Dios no es una idea abstracta: es una realidad que transforma espacios, convoca al pueblo y nos mueve a la acción. Cuando Salomón dedicó el templo, no se trataba de una ceremonia más. Fue una manifestación viva de la presencia de Dios que sacudió los corazones y unió a la comunidad en adoración y misión. Hoy, seguimos siendo llamados a vivir esa gloria, no solo en el templo, sino en cada acto de fe que rinde culto al Señor.
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El Discípulo: Revista para la Educación Cristiana Transformadora