EP#7 Fuego que despierta I - Nelson Gallitto
10 June 2025

EP#7 Fuego que despierta I - Nelson Gallitto

El canto del gallo

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🔊📖🐔 EL CANTO DEL GALLO


🗓️ Miércoles, 11/6/2025


Serie: HASTA QUE EL MUNDO ARDA 🔥


EP#7 Fuego que despierta I


📖 2ª Timoteo 1:6 “Por esta razón, te recuerdo que avives el fuego del don espiritual que Dios te dio...”


En lo profundo del alma humana, donde el viento del mundo tiende a soplar cenizas sobre el altar del corazón, resuena la voz urgente de un apóstol que dice: “Te recuerdo que avives el fuego del don de Dios que está en ti”. El verbo griego usado por Pablo, anazōpyreō, no es una simple sugerencia. Es un grito amoroso, una orden tierna: “Sopla sobre el rescoldo hasta que la llama reviva.” Porque donde una vez ardió el fuego de Dios, aún hay brasas que pueden encenderse.


Este llamado no es a trabajar más, ni a producir más resultados visibles, sino a arder. Dios no bendice la tibieza. No tolera la apatía disfrazada de disciplina. Como escribió Leonard Ravenhill: “No necesitamos más talentos, necesitamos más fuego.”


En la densa selva espiritual de este siglo donde el ruido distrae, las redes adormecen y la costumbre anestesia, muchos creyentes duermen. No por falta de doctrina, sino por falta de fuego. No por ausencia de palabra, sino por sordera espiritual. Y comienza a oírse un corazón de latido débil.


Hebreos 5:11 dice: “Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír.” La palabra griega usada para “tardos” puede traducirse como "perezosos", "entorpecidos", incluso “aletargados”. No se trata simplemente de ignorancia, sino de un corazón que ha perdido sensibilidad. Y el oído mencionado, no es solo físico, sino la capacidad interna de entender, discernir, dejarse conmover.


Así están muchos hoy: oyen sermones por años, pero no tiemblan. Conocen la doctrina, pero ya no lloran por los perdidos. Han domesticado al Espíritu Santo, han convertido la llama en una lámpara de noche.


Santiago 1:22 es claro: “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.” El fuego de Dios no solo ilumina la mente; despierta la voluntad, transforma las prioridades, pone urgencia en la obediencia. Ese fuego no se conforma con teorías ni debates: quiere movimiento, quiere entrega. Como decía A. W. Tozer: “Un cristiano que no arde es un cristiano que se ha olvidado de quién lo encendió.”


El letargo espiritual es una enfermedad silenciosa. Entra cuando dejamos de orar con lágrimas, cuando leemos la Palabra solo por rutina, cuando evangelizamos solo cuando hay campaña. Y entonces, como brasas en un rincón, permanecemos templados, pero no transformadores. Apocalipsis 3:2 dice: “¡Despierta! Fortalece lo poco que te queda, porque hasta lo que queda está a punto de morir.” Cristo no habla a paganos, sino a una iglesia. A creyentes que siguen asistiendo, pero ya no arden. Que tienen apariencia de vida.


Dormir espiritualmente es dejar de esperar. Es perder la expectación del regreso glorioso del Rey. Y cuando se apaga esa esperanza, se apagan los motivos para vivir con pasión.


El fuego no se mantiene solo. Requiere atención, alimento, aire. Pablo no le dice a Timoteo “espera a que Dios te avive”, sino “aviva tú el fuego que Dios puso en ti”. Eso significa regresar al altar. Respirar hondo en la oración. Volver a la Palabra no como manual, sino como espada viva. Buscar el rostro de Dios hasta que tiemble el alma.


El Espíritu no ha dejado de obrar. Aún busca corazones dispuestos a arder. Aún recorre iglesias, cuartos, desiertos, preguntando: ¿Quién quiere volver a encenderse? ¿Quién no se conforma con vivir tibio cuando fue llamado a incendiar el mundo?


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🖋️ Nelson Gallitto


🎶🎵 Refíname - Isaac Hernandez Ft. amistad musica (Refiner - Maverick City Music)