EP#1 Fuego que transforma - Nelson Gallitto
02 June 2025

EP#1 Fuego que transforma - Nelson Gallitto

El canto del gallo

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🔊📖🐔 EL CANTO DEL GALLO


🗓️ Martes, 3/6/2025


Serie: HASTA QUE EL MUNDO ARDA 🔥


EP#1 FUEGO QUE TRANSFORMA


📖 "Y dirás al bosque del Neguev: Oye palabra de Jehová: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí que yo enciendo en ti fuego, el cual consumirá en ti todo árbol verde y todo árbol seco; no se apagará la llama flameante, y serán quemados en ella todos los rostros desde el sur hasta el norte". Ezequiel 20:47


Hay llamas que destruyen y hay llamas que revelan. Hay incendios que arrasan y hay fuegos que santifican. En las Escrituras, el fuego no es sólo una imagen de juicio: es la voz ardiente del Dios que habita en santidad inaccesible, el Dios invisible que se manifiesta por medio de una llama viva.


Desde la zarza que no se consume frente a Moisés (Éxodo 3:2), hasta las lenguas como de fuego que descendieron en Pentecostés (Hechos 2:3), la historia de redención está tejida con fuego. Fuego que habla, fuego que purifica, fuego que juzga, fuego que llama.


La palabra hebrea para fuego es (esh). En la Biblia, esta palabra no es neutra; arde con intención divina. A veces, este fuego es juicio (Levítico 10:2, Sodoma y Gomorra), otras veces es gloria (Éxodo 24:17), otras es presencia (Éxodo 13:21-22) y otras es santificación (Malaquías 3:2-3). Pero siempre, siempre es Dios obrando.


El fuego en Ezequiel 20:47 es uno de juicio, pero está encendido por el mismo Dios que arde en amor. Es un fuego que consume porque la tierra se ha llenado de rebeldía. “Todo árbol verde y todo árbol seco” —una metáfora que abarca al justo y al impío, al que se cree firme y al que ya está quebrado— serán tocados por este fuego. Como diría Agustín de Hipona: “Dios castiga no como un juez vengativo, sino como un médico que opera con fuego para salvar la vida.”


Así, el juicio no es destrucción final sin esperanza, sino purificación desde las raíces. Es fuego que avanza como profecía, pero también como oportunidad. Porque donde arde Dios, arde la posibilidad de nuevo nacimiento.


La visión de Moisés en el desierto (Éxodo 3) nos muestra el misterio del fuego divino. Una zarza ardía, pero no se consumía. Y desde esa llama, YHWH habló. Esa es la diferencia con el fuego del infierno: el fuego de Dios purifica sin destruir la esencia. Nos quema sin deshacernos. Nos desnuda sin robarnos el alma.


En el desierto, Dios guio a Israel por una columna de fuego. Esta columna no era sólo luz en la noche, era dirección divina. El fuego entonces no sólo arde, también orienta. El verbo hebreo para “guiar” en ese contexto es (najáh), que significa conducir con intención, llevar a destino. El fuego de Dios no es caprichoso: nos lleva a cumplir Su propósito.


Así como el fuego iluminó el camino de Israel, hoy la llama de su Palabra nos guía por senderos oscuros. Como dijo Billy Graham: “La Biblia arde con la luz de la verdad; es fuego que enciende el alma dormida.”


Ezequiel ve una llama “que no se apaga”. No es un incendio natural. Es juicio divino, pero también es un eco del fuego eterno de Dios, quien es, en sí mismo, fuego consumidor (Hebreos 12:29). Este fuego que no se apaga nos remite a la santidad perpetua de Dios. Él no cambia. Él no mengua. Él no cede.


Luis Palau solía decir: “Dios es fuego, no chispa. Él no está interesado en encender un momentito de fervor, sino en consumir toda nuestra vida para su gloria.” Así también hoy, el fuego de Dios arde sobre nosotros, no para destruirnos, sino para que todo lo que no es de Él, desaparezca.


Cuando Dios habla por fuego, no podemos seguir iguales. El llamado no es a temer el fuego, sino a caminar en él, como los tres jóvenes en Babilonia, sabiendo que hay Uno más entre las llamas.


📲 FRASE DEL DIA: El fuego que viene de Dios tiene un propósito: encendernos hasta que el mundo arda.


🖋️ Nelson Gallitto


🎶🎵 Fuego de Dios - Hillsong