Dios, no nos trata como merecen nuestras culpas, es lento a la ira y rico en piedad y misericordia, ha dado al hombre la capacidad de actuar en conformidad, haciendo el bien y le exhorta al mejor estilo de vida, al de los hijos de Dios, al ser como Dios, ser misericordiosos como el Padre es, entonces, la mejor y más grande aspiración del hombre.