La Misericordia de Dios, es grande y quiere que el hombre Viva en plenitud, para ello, se invita a cosas muy concretas: a no confiar en el dinero, a no confiar en nuestras propias capacidades, a no dejarnos llevar por nuestras pasiones desordenada, invitando más bien, cada día, al Espíritu Santo para que nos guíe según la voluntad de Dios.