Uno de los inconvenientes de las enfermedades que tienen un origen tardío es que se confunden los síntomas con los propios de la edad.
Tal es el caso de la enfermedad de Párkinson, que, aunque no es exclusivo de personas de avanzada edad, sí es común que se dé entonces, con lo que a la sintomatología propia de la enfermedad se ha de sumar las dificultades asociadas al envejecimiento.
Artículo escrito por el Doctor Juan Moisés de la Serna para el canal de Novedades en Psicología