El capítulo 13 de Juan nos relata la última cena de Jesús con sus discípulos, uno de los principios importantes que Jesús les enseña al lavarles los pies es la trascendencia de la humildad y el servicio en amor: Si el Señor de la gloria estaba dispuesto a humillarse y asumir el papel del siervo más bajo, ¿cómo podían hacer menos ellos sus discípulos? Sin embargo, vimos que dentro de los 12 estaba Judas. Jesús sabía que Judas lo iba a traicionar, sin embargo ninguno de los otros 11 discípulos sospechaba acerca de él. A través del relato de la traición de Judas podemos entender que no hay nada que los hombres pecadores puedan hacer para frustrar la voluntad soberana de Dios. A partir de la aparente tragedia de la cruz vino el triunfo de la redención; la victoria aparente de Satanás en realidad fue su derrota final y Dios usó la traición de Judas para su propia gloria.