La resurrección de Lázaro es la última señal que registra Juan en este evangelio. Por medio de la resurrección de Lázaro, Jesús y el Padre recibirían gloria y la fe de los discípulos se fortalecería aunque también esta sería la gota que rebosaría la hostilidad de los líderes judíos para llevar a cabo la ejecución de Jesús.
La resurrección de Lázaro, como el resto de la vida y ministerio de Cristo, forzó a las personas a tomar una decisión con respecto a Él. Muchos respondieron con fe, otros fueron indiferentes y algunos fueron mortalmente hostiles. Es interesante cómo el mismo milagro de la resurrección de Lázaro ocasionó que unos creyeran en Jesús como el mesías, y en otros ocasionó resistencia a creer.
La causa principal de la incredulidad en Jesús no era falta de información o falta de pruebas, sino un corazón en rebeldía a la autoridad de Dios y su palabra. Su respuesta hacia Jesús muestra que no importa la cantidad de evidencia, ni siquiera algo tan espectacular como la resurrección de un muerto, puede convencer a algunos pecadores de abandonar su pecado para seguir al Salvador.
Y tú, ¿en cuál lado estás; eres de las que ha creído en Jesús como su Señor y Salvador, o aún te resistes a venir a él y reconocerle como el único Dios verdadero?