The Responsibilities

The Responsibilities

Joel Sierra Cavazos
00:05:42
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Las responsabilidades

ESCUCHAR: Nehemías 11:22-24 (La Palabra)

El responsable de los levitas en Jerusalén era Uzí, … pertenecía a la descendencia de Asaf, encargada del canto en el servicio del Templo de Dios. Con relación a ellos existía un mandato del rey que reglamentaba cómo tenían que actuar cada día los cantores. En cuanto a Petaías, hijo de Mesezabel, de la descendencia de Zera, hijo de Judá, era el delegado del rey para todo lo que tuviera que ver con el pueblo.

PENSAR: Los repobladores de Jerusalén asumían los riesgos de vivir ahí, y también al menos tres responsabilidades, que encontramos en el capítulo 11 de Nehemías. La primera es la de protección y defensa. Aparecen los nombres de los hombres de guerra de cada familia, y porteros o guardianes de los accesos a la ciudad. Esa es la primera responsabilidad. Proteger y defender a la comunidad.
Las amenazas que recibe la comunidad pueden ser ataques enemigos, o calumnias, o desánimo, problemas o divisiones, chismes, o tentaciones. Hay que estar en estado de alerta. Es nuestra responsabilidad ser esos guerreros guardianes de las puertas de la ciudad. Las puertas son el contacto que tenemos entre el adentro y el afuera de la comunidad. Es proteger a la comunidad para que pueda servir mejor al mundo.
También está la responsabilidad de relacionarnos con la realidad. Se menciona a Petaías, que tenía el don de las relaciones públicas. Sabía escuchar ambos lados de un asunto y mediar desapasionadamente sin ser arrebatado o impulsivo. Estaba encargado de los asuntos políticos, de la relación entre el pueblo y el rey persa. Sabía negociar y representar ambos lados de un asunto.
Como iglesia tenemos que saber relacionarnos con las autoridades del país. Hay que hacer provisión para el largo plazo de la iglesia. Para eso se requiere el compromiso de quienes tienen habilidades para relacionarse con la realidad política. Además, la iglesia local debe vincularse con redes, asociaciones y denominaciones más allá del plano local, para ayudar a la supervivencia del ministerio de la iglesia. Hay quienes tienen este don para relacionarse con la realidad del mundo, para atender los asuntos prácticos del lugar de culto, el pago de la renta, de la luz, del agua, etc.
La tercera responsabilidad es la de mantener el culto. En el texto se habla de cantores profesionales. No tienen esa tarea por sus grandes dotes musicales, sino como una responsabilidad esencial de todo el pueblo de Dios. Son los encargados de mantener la gratitud constante a Dios. Su responsabilidad oficial es ser los “agradecedores” profesionales.
La iglesia evangélica tiene esa función. Debemos ser adoradores en representación de todo el pueblo (creyentes y no creyentes) y también de todo ser vivo en el planeta. Como dice Amado Nervo en su poesía: “Por cada hombre que duda, mi alma grita: ‘Yo creo’ ¡Y con cada fe muerta, se agiganta mi fe!” “Nosotros, los que tenemos una fe bien formada, debemos…cargar con las debilidades de quienes no la tienen todavía” (Ro 15:1). Esa es nuestra labor sacerdotal. Adoremos a Dios, hagamos oración, porque es nuestra responsabilidad como representantes de nuestro pueblo y de todo nuestro mundo.
ORAR: Señor, ayúdanos a cumplir la tarea de proteger a tu pueblo, de relacionarnos con el mundo, y de adorarte en Espíritu y verdad. Amén.
IR: Nuestra manera de vivir debe testificar del gran amor de Dios por su mundo.