Designated Thanksgivers

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Joel Sierra Cavazos
00:05:39
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Agradecedores designados

ESCUCHAR: Nehemías 12:46 (La Palabra)

Pues ya desde antiguo, desde los días de David y Asaf, había responsables tanto de los cantores como de los cánticos de alabanza y de acción de gracias a Dios.

PENSAR: La palabra “agradecedores” no existe oficialmente, pero sirve para identificar a quien tiene la tarea de dar gracias. Desde tiempos del rey David y del salmista Asaf se había designado la función de cantores, adoradores, alabadores, personas que se dedicaban a dar gracias a Dios.

Se requiere la función de los agradecedores, porque la devoción, la piedad, la oración, la adoración es un asunto comunitario. No es cosa de lo privado solamente, de lo que ocurre en lo secreto de nuestra habitación, sino que se trata del culto público, de una devoción comunitaria. Participamos en una fe que no es exclusiva ni subjetiva. Sí es cierto que nos hemos bautizado de uno en uno, y hemos decidido seguir a Cristo de uno en uno, pero hemos decidido entrar a un cuerpo, hemos sido injertados en un tronco, que es Cristo, y formamos parte de una viña, que es la viña del Señor.

Por eso hay agradecedores designados, que nos recuerdan que este asunto de alabar a Dios es comunitario. Estamos uniéndonos con el pueblo que alaba a Dios.

También se requiere esta tarea porque es una labor de representación. Los agradecedores profesionales representan a todo el pueblo. Representares el verbo con el que mejor entendemos la función sacerdotal. El sacerdote representa. Representa al pueblo ante Dios, y también, de alguna manera, a Dios ante el pueblo. Por eso en esta función de agradecedores designados, de cantores, los coros que dedicaron la muralla de Jerusalén representaban a todo el pueblo. Estaban expresando lo que está en el corazón de todos: el reconocer la presencia y la agencia de Dios, la buena operación de Dios en la vida.

Como iglesia realizamos la función sacerdotal cuando intercedemos por nuestros amigos, parientes, y congéneres que no creen. Como dice el poema “Tú”, de Amado Nervo, damos gracias a nombre de quienes no pueden hacerlo:

Señor, Señor, Tú antes, Tú después, Tú en la inmensa hondura del vacío y en la hondura interior:
Tú en la aurora que canta y en la noche que piensa; Tú en la flor de los cardos y en los cardos sin flor. Tú en el cenit a un tiempo y en el nadir; Tú en todas las transfiguraciones y en todo el padecer; Tú en la capilla fúnebre y en la noche de bodas; Tú en el beso primero y en el beso postrer. Tú en los ojos azules y en los ojos obscuros; Tú en la frivolidad quinceañera, y también
en las graves ternezas de los años maduros; Tú en la más negra sima, Tú en el más alto edén.
Si la ciencia engreída no te ve, yo te veo; si sus labios te niegan, yo te proclamaré.
Por cada hombre que duda, mi alma grita: «Yo creo». ¡Y con cada fe muerta, se agiganta mi fe!

ORAR: Fortalece nuestro corazón, para realizar la función de agradecerte en todo tiempo, Señor. En el nombre de Cristo nuestro único y suficiente salvador. Amén.

IR: Nuestra manera de vivir debe testificar del gran amor de Dios por su mundo.