Are We Just Like All The Rest?

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Joel Sierra Cavazos
00:05:23
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Nehemías 13:6-7 (La Palabra)
Por aquel entonces no estaba yo en Jerusalén, porque en el año treinta y dos del reinado de Artajerjes había yo regresado a la corte real. Pasado un tiempo pedí permiso al rey para regresar a Jerusalén…
PENSAR: En el último capítulo de Nehemías nos encontramos en un punto crucial del camino. Ya está reconstruida la muralla, Nehemías ya regresó a ocupar su puesto como copero del rey de Persia, y después de un tiempo vuelve a pedirle permiso para visitar Jerusalén. Al llegar, se encuentra con problemas graves, que tienen que ver con la identidad del pueblo de Dios.
La pregunta fundamental, que guía las reformas de Nehemías es: “¿Acaso somos como todos los pueblos?” ¿Acaso el pueblo de Dios es totalmente igual que todos los pueblos del mundo? Sabemos que, como humanos, tenemos muchísimas cosas en común con todos los pueblos. Necesitamos nuestro contacto con la tierra, trabajar y alimentarnos. Igual que todos los pueblos vamos envejeciendo con el paso del tiempo. Nos sometemos también a la misma realidad de enfermedades. Igual que todos los pueblos del mundo, también sufrimos las pandemias. (A muchos cristianos también les ha afectado esta enfermedad de COVID-19).
En un sentido sí somos igual que todos los pueblos. Pero en otro sentido no. Porque tenemos una misión. Esta misión se desprende de la voluntad de Dios de bendecir al mundo, del amor de Dios al mundo. De tal manera ha amado Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, Cristo Jesús, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna. El pueblo de Dios tiene la misión de dar a conocer esta buena voluntad de bendición de parte de Dios. Por eso, aunque sí somos en un sentido iguales a todos los otros seres humanos, no somos idénticos a todos porque entre nosotros hay una relación especial con Dios.
Nuestra identidad que nos hace ser distintos a los demás pueblos es que conocemos, fomentamos y cultivamos la relación con Dios. Como cristianos sabemos que la relación con Dios es a través de Cristo, porque nadie conoce al Padre si no es por Cristo. Nadie puede tener acceso a Dios si no es por Cristo. Entonces, por eso, como pueblo de Dios, encontramos nuestra identidad en la relación que tenemos con Dios gracias a Cristo. Así, al leer este capítulo nos veremos reflejados en el corazón de Nehemías que mira que algo está mal cuando regresa a visitar Jerusalén y se encuentra con varias pesadillas. Sí hay una muralla reconstruida, pero algo pasa que no está bien.
¿Qué es lo que está en juego? Son áreas que Nehemías identifica y hace todo lo que puede por corregirlas (según su entendimiento y según sus recursos). Él hizo todo lo que pudo. Y lo que él hizo no significa que sea lo que nosotros debemos hacer. Él hizo lo que pudo, y con los recursos que tenía a su alcance. Nosotros tenemos otro tipo de recursos, y también debemos hacer lo que podemos para librarnos del peligro de olvidar nuestra identidad y nuestra misión.
ORAR: Señor, danos la visión de guardar la identidad y misión de tu pueblo en este mundo. Amén.

IR: Nuestra manera de vivir debe testificar del gran amor de Dios por su mundo.