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Qué hacer o cómo afrontar los momentos de dificultad sin desmoronarse, a veces, parece imposible. Pues bien, el don de fortaleza es el que nos ayuda a mantenernos firmes, capaces de asumir el propio dolor y sufrimiento, y caminar con Cristo hasta la cruz. El don de fortaleza, nos ayuda a no quebrarnos en los momentos de dificultad.