999 - Salmos. Los hermanos juntos en armonía. Sal 133:1
13 December 2024

999 - Salmos. Los hermanos juntos en armonía. Sal 133:1

Descansando en Dios
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999 – Sal 133:1 – Salmos. Los hermanos juntos en armonía.
¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!

Este breve y hermoso Salmo destaca la armonía y el amor fraternal. El salmista utiliza dos metáforas para describir el gozo de los hermanos que, literalmente, “se sientan juntos” en armonía: un perfume aromático y el rocío refrescante de la montaña. Realmente es bueno, provechoso y agradable cuando los hermanos en el pueblo de Dios se aman en el amor de Cristo y viven en armonía. “Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro” (1Pe 1:22). Amamos al Señor a quien no hemos visto (1Pe 1:8); debemos amar a los hermanos a los que hemos visto y vemos. Esto último es además la prueba de lo primero “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de Él [Cristo]: El que ama a Dios, ame también a su hermano. “ (1Jn 4:20-21).
I. Elogio de la unidad (Sal 133:1). ¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía! Lo primero que hace el salmista es llamarnos la atención diciendo “Mirad”, enfatizando que la armonía es importante porque: (1) hace que la iglesia sea un ejemplo dando buen testimonio ante el mundo y ayuda a atraer a otros a Cristo; (2) nos ayuda a cooperar como un cuerpo de creyentes según el propósito de Dios, dándonos un anticipo del cielo; (3) renueva y revitaliza los ministerios para que haya menos tensión, diferencias, y se expanda la obra de Dios. Vivir en armonía no significa que debamos estar de acuerdo en todo, pero estamos de acuerdo en la misión de la iglesia: trabajar juntos y en armonía para Dios. Cristo manda: “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.” (Jn 13:34-35). “con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz” (Ef 4:2-3).
II. Imágenes de unidad (Sal 133:2-3). El salmista usa dos metáforas que enfatizan lo agradable y beneficioso de tal armonía. Con ambas figuras hay una repetición de “descender” de Dios. El aceite símbolo de consagrar, capacitar y el rocío símbolo de crecer, fructificar: A. Aceite sobre la cabeza de Aarón (Sal 133:2). “Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, y baja hasta el borde de sus vestiduras”. Óleo sobre. Hace referencia a la unción de Aarón al ser nombrado y capacitado por Dios como sumo sacerdote de la nación. (Éx 29:7; 30:30). En este acto se usaban de 3 a 5 litros de aceite de oliva preparado con especias aromáticas de tal manera que recorría todo el cuerpo de cabeza hasta los pies (Ex 30:22-33). Se usaba únicamente para el nombramiento de reyes, sacerdotes y profetas simbolizando estar seleccionados y capacitados por Dios para desempeñar el cargo (1Sa 16:13; 1Re 19:15-16). En el NT esta unción, viene sobre el creyente, al ser bautizado con el Espíritu Santo (Lc 24:49; Hch 1:5,8; Pr 1:23), “repartiendo a cada uno en particular como Él quiere,” los dones espirituales (1Co 12:11-13). “Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.” (Ef 4:7). “Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.” (1Jn 2:20, 27). La unidad del cuerpo de Cristo produce un olor fragante, agradable a Dios. “Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.” (Ef 5:1-2). “Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan,