998 – Sal 132:13-14 – Salmos. Dios ha elegido a Sion.
“Porque Jehová ha elegido a Sion; la quiso por habitación para sí. Este es para siempre el lugar de mi reposo; aquí habitaré, porque la he querido.”
Este es el más largo de los quince salmos de ascenso gradual (Sal 120-134) que fueron cantados por los peregrinos cuando subieron a Jerusalén. Varios detalles del lenguaje indican que fue compuesto en el tiempo de Salomón. Además, la cita de Salomón del Sal 132:8-10 en su dedicación del templo (2Cr 6:41-42) hace probable esta fecha. El Sal 132 tiene fuertes reseñas históricas respecto al pacto davídico (2Sa 7:10-16; Sal 89) y unos pronunciados ecos mesiánicos y milenarios (Sal 132:12-18). Esencialmente, este salmo contiene las oraciones de la nación para los descendientes reales de David, y miran más adelante, hasta el Mesías.
1. La resolución de David (Sal 132:1-5). “Acuérdate, oh Jehová, de David, y de toda su aflicción”(Sal 132:1). Desde el principio el Salmo enfoca la línea davídica y el pacto entre Dios y David. Pide que Dios se acuerde de las dificultades que David tuvo para conquistar Jerusalén y Ilevar allí el arca. Lo demás de la estrofa (Sal 132:2-5) recuenta la promesa que David había hecho a Dios (2Sa 7:1-2). David amaba a Dios y quiso glorificarlo construyendo su templo. Le fue negado ese privilegio, pero Dios lo bendijo y permitió que preparara todo para que su hijo Salomón lo construyera. Al final de sus días David entregó a su hijo Salomón todo lo necesario para construir el templo (1Cr 28-29). David dijo a Salomón “Mira, pues, ahora, que Jehová te ha elegido para que edifiques casa para el santuario; esfuérzate, y hazla.”(1Cr 28:10)
2. Preparación para llevar el arca (Sal 132:6-7). “He aquí en Efrata lo oímos; lo hallamos en los campos del bosque. Entraremos en su tabernáculo; Nos postraremos ante el estrado de sus pies.” Aún no se menciona, pero los pronombres ella y la se refieren al arca del pacto. Efrata aquí se refiera a la región donde estaba Quiriatjearim (1Cr 2:24; 1Sa 7:1-2); el arca estuvo en Quiriatjearim durante 20 años. El salmista está recordando el tiempo cuando la llevaron a Jerusalén (2Sa 6); ahora vuelve su cara hacia Jerusalén y de su corazón sale un llamado a la adoración.
3. La entrada en Jerusalén (Sal 132:8-10). “Levántate, oh Jehová, al lugar de tu reposo, Tú y el arca de tu poder.” (Sal 132:8). Levántate, es lo que decía Moisés cada vez que marchaban con el arca por el desierto (Nm 10:35); también se usó en la dedicación del templo de Salomón (2Cr 6:41; Sal 68). El salmista invoca a Dios pidiéndole que actúe; cuando adoramos, hacemos lo mismo. El arca de tu poder, es la única mención del arca en el libro de los Salmos. Sólo aquí y en 2Cr 6:41 se usa la frase “el arca de tu poder”. “Tus sacerdotes se vistan de justicia, y se regocijen tus santos. Por amor de David tu siervo No vuelvas de tu ungido el rostro.” (Sal 132:9-10). Oremos a Dios para que cada creyente viva en santidad, sea morada de Él y que los ministros del santuario cumplan los mandamientos del ungido “Cristo”. (Jn 14:15,23)
4. El pacto de Dios con David (Sal 132:11-12). “En verdad juró Jehová a David, y no se retractará de ello: De tu descendencia pondré sobre tu trono. Si tus hijos guardaren mi pacto, y mi testimonio que yo les enseñaré, sus hijos también se sentarán sobre tu trono para siempre.” Está promesa de Dios a David está en 2Sa 7:12-16. El NT destaca que en y a través de Jesucristo se cumple este pacto. El pacto con David destaca la gracia de Dios, pero enseña que también exige la santidad de las personas. El apóstol Pedro la citó en Pentecostés “Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono” (Hch 2:30).
5. Dios eligió a Sion (Sal 132:13-18). “Porque Jehová ha elegido a Sion; la quiso por habitación para sí. Este es para siempre el lugar de mi reposo;