1136 – Is 44:6 – Isaías 44-45. Jehová es el único Dios.
Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios
Dios había profetizado el rescate temporal de Israel por medio de Ciro. Luego en Is 42:1-43:13 Dios promete rescatarlos espiritualmente por medio de su Siervo, el Mesías, presentando el primero de cuatro cánticos del Siervo sufriente (Is 42:1-9). Ese rescate espiritual ha de efectuarse mediante la remisión de los pecados de Israel por la gracia de Dios (Is 43:14-44:23). En Is 44:24-45:25 se presenta una descripción del libertador de Israel, Ciro, rey de los persas, que aquí es un tipo del Mesías. Es de notar que Ciro fue comisionado y Dios le puso nombre 150 años antes de su nacimiento. Al ser confrontado con su condición rebelde, el pueblo bien podía tener miedo de que el rechazo divino fuera permanente. El Señor vuelve a decirles que no teman. “Si sufrimos, también reinaremos con Él; Si le negáremos, Él también nos negará. Si fuéremos infieles, Él permanece fiel; El no puede negarse a sí mismo.” (2Ti 2:12-13)
I. Nuevamente se exhorta a Israel a no temer (Is 44:1-5). “Ahora pues, oye, Jacob, siervo mío, y tú, Israel, a quien yo escogí. Así dice Jehová, Hacedor tuyo, y el que te formó desde el vientre, el cual te ayudará: No temas, siervo mío Jacob, y tú, Jesurún, a quien yo escogí” (Is 44:1-2). El pueblo de Dios no debe temer porque el Señor: 1) Es nuestro Hacedor y formador. Una vez más, el profeta enfatiza aquí la elección y creación (Is 43:1, 7, 21; 44:24) de Dios de Israel. 2) Nos llama Siervo mío. Vuelve a llamar a Israel como su siervo para dar seguridad al pueblo. 3) Nos ayudará. Puesto que Dios había prometido ayudar a su pueblo, no debía temer (Is 41:10, 14; 43:5; 44:8; 54:4). Jesurún, que significa “aquel que es recto”, es un sinónimo poético que se utiliza para referirse a Israel (Dt 32:15; 33:5, 26). “Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos; y brotarán entre hierba, como sauces junto a las riberas de las aguas. Este dirá: Yo soy de Jehová; el otro se llamará del nombre de Jacob, y otro escribirá con su mano: A Jehová, y se apellidará con el nombre de Israel.” (Is 44:3-5). Dios promete que regará con aguas … la tierra árida, (Is 35:6–7; 41:18; 43:19–20) y también derramará su Espíritu (Is 32:15) sobre su generación. El Espíritu será derramado una vez que el pueblo haya regresado en fe a su tierra después de la segunda venida del Mesías, al inicio del milenio. (Is 44:3; Ez 36:24-27; 37:1-14; Jl 2:25–29; Zc 12:10; Ro 11:25-26).
II. La soberanía de Dios y la falsedad de los ídolos (Is 44:6-23). Dios recuerda el contraste que existe entre Israel y los que han sido engañados para fabricar y adorar ídolos (Is 44:9–20). “Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios... Los formadores de imágenes de talla, todos ellos son vanidad, y lo más precioso de ellos para nada es útil; y ellos mismos son testigos para su confusión, de que los ídolos no ven ni entienden.” (Is 44:6, 9). La soberanía de Dios se enfatiza con los títulos de Rey de Israel (Is 43:15), Redentor (Is 41:14; 43:14), Jehová (Yo Soy el que soy, Ex 3:14), el primero, y … el postrero (el eterno; Is 48:12; Ap 1:17; 2:8; 22:13).