1130 - Isaías 36-37. La superioridad de Dios. Is 37:16
07 July 2025

1130 - Isaías 36-37. La superioridad de Dios. Is 37:16

Descansando en Dios

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1130 – Is 37:16 – Isaías 36-37. La superioridad de Dios.

Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, que moras entre los querubines, sólo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra; tú hiciste los cielos y la tierra.

Esta sección de Isaías 36-37 es el clímax de los capítulos de Isaías 7 al 37. Los asirios estaban convencidos de que ellos eran invencibles y que el Dios de Israel no era diferente a ninguno de los otros dioses que habían derrotado en su avance hacia el oeste. Así que en Is 36:1–37:4 Isaías remarca el orgullo y arrogancia de los asirios, que provocaría el juicio de Dios sobre ellos ya profetizado en Is 10:15-19. Desde el principio, Jehová ha estado animando a su pueblo a confiar en y a depender de Él aun viviendo en medio de situaciones muy difíciles. Dios está preparado para hacer lo imposible, si confiamos en Él lo suficiente para pedírselo. Isaías profetizó la superioridad de Dios con la muerte de Senaquerib, rey del imperio Asirio, en Is 10:12, 33, 34; 37:7 y se cumple en Is 37:38. Dios puede y cumple las promesas a su pueblo. “porque todas las promesas de Dios son en Él Sí, y en Él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios. “(2Co 1:20). “Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo.” (Sal 119:165).


I. Amenaza de Senaquerib a Jerusalén (Is 36). El imperio Asirio rodea a Jerusalén y su comandante Rabsaces “acampó junto al acueducto del estanque de arriba, en el camino de la heredad del Lavador.” (Is 36:2). En este mismo lugar Isaías había profetizado a Acaz, padre de Ezequías, que no sería vencido por el enemigo, pero no creyó a Dios. Ahora Ezequías es confrontado igual con un mensaje de liberación. ¿Cómo responderá Ezequías? Jerusalén tenía muy pocas probabilidades de escapar y el comandante asirio en su soberbia se burla de Dios y su pueblo diciendo: “El rey (Senaquerib) dice así: No os engañe Ezequías, porque no os podrá librar. Ni os haga Ezequías confiar en Jehová, diciendo: Ciertamente Jehová nos librará; no será entregada esta ciudad en manos del rey de Asiria.” (Is 36:14-15).  


II. La fe de Ezequías (Is 37:1-4). Aconteció, pues, que cuando el rey Ezequías oyó esto, rasgó sus vestidos, y cubierto de cilicio vino a la casa de Jehová.” (Is 37:1). Ezequías no se rindió, ora a Dios y pidió a Isaías que orara por la ayuda de Dios. Ordenó a sus altos líderes Eliaquim y Sebna que fueran a ver a Isaías, junto con los principales sacerdotes. En el informe de los líderes a Isaías, utilizaron un simbolismo ya aplicado antes por el profeta (Is 26:17-18), el de una mujer que está a punto de dar a luz, pero que no tiene fuerzas y podría morir en el proceso. “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” (He 11:6).


III. Respuesta del Señor por medio de Isaías (Is 37:5–7). Isaías luego de recibir el informe de los líderes y ancianos les dijo: Diréis así a vuestro señor (Ezequías): Así ha dicho Jehová: No temas por las palabras que has oído, con las cuales me han blasfemado los siervos del rey de Asiria. He aquí que yo pondré en él un espíritu, y oirá un rumor, y volverá a su tierra; y haré que en su tierra perezca a espada.” (Is 37:6-7).


Ezequías da animo al pueblo diciendo: “Esforzaos y animaos; no temáis, ni tengáis miedo del rey de Asiria, ni de toda la multitud que con él viene; porque más hay con nosotros que con él.