1129 – Is 35:4 – Isaías 34-35. Día de venganza y salvación de Dios.
Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará.
De una manera abrupta e inesperada aparece en Is 34-35 una profecía que no tiene el estilo característico de Isaías hijo de Amoz. No es introducida por la palabra “profecía”, ni por un nombre simbólico para Edom o las naciones, ni por ningún encabezamiento que la relacione con el profeta Isaías. Esto hace que algunos nieguen la autoría del profeta Isaías. Sin embargo, se mantiene el patrón del profeta Isaías, bajo la inspiración del Espíritu Santo, un equilibrio entre la condenación y la salvación, la tribulación y las bendiciones. En Isaías 34, se describe el período de los siete años de la tribulación universal de los últimos tiempos, la semana setenta de Daniel y en Isaías 35 se describe la salvación del remanente y las bendiciones del reino mesiánico en el milenio. Las profecías presentadas son apocalípticas, lo cuál hace que el lenguaje esté cargado de símbolos.
I. Día de venganza de Jehová (Is 34:1-17). Isaías hace una invitación a escuchar la sentencia de juicio del juez soberano, Dios: “Porque Jehová está airado contra todas las naciones, e indignado contra todo el ejército de ellas; las destruirá y las entregará al matadero.” (Is 34:1-2). La invitación a escuchar es universal y la destrucción profetizada también lo es. Los ejércitos opositores de Dios de las naciones y del cielo serán destruidos. (Is 34:1-4). En el juicio airado de Dios contra los ejércitos de todas las naciones, los cadáveres se descompondrán en el suelo como el efecto de una bomba atómica, habrá gran pánico y confusión quitándose la vida entre ellos mismos. “Y esta será la plaga con que herirá Jehová a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: la carne de ellos se corromperá estando ellos sobre sus pies, y se consumirán en las cuencas sus ojos, y la lengua se les deshará en su boca.” (Zc 14:12-15). También las estrellas (ejército de los cielos, Satanás y su ejército) serán arrojadas por tierra, atadas por mil años y luego arrojadas al lago de fuego y azufre, el infierno. (Ap 12:7-8; 20:2,10). Eventos catastróficos en el cielo acompañarán el retorno del Mesías para establecer su reino milenial (Jl 2:10, 30-31; 3:15; Zc 14:6-7; Mt 24:29). “Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento.” (Ap 6:12-13). Dios usa su ira contra Edóm como resumen y ejemplo del juicio a las naciones que se han opuesto a Él durante todas las generaciones (Is 34:5-17). “Porque en los cielos se embriagará mi espada; he aquí que descenderá sobre Edom en juicio, y sobre el pueblo de mi anatema…Porque es día de venganza de Jehová, año de retribuciones en el pleito de Sion.” (Is 34:5,8). Este día de venganza de Dios, la segunda venida de Cristo en la batalla de Armagedón, se vuelve a mencionar en Is 63:1-6 y en otros pasajes de la Biblia (Jer 49:7-22; Ez 25:12-14; 35:1-15; Jl 3:19; Am 1:11-12; Abd 1-14; Mal 1:2-5; Ap 14:20; 19:19-21). La profecía quedaría escrita en el libro de Jehová que mandó a escribir a Isaías (Is 30:8)