1111 - Cantares 5. Desacuerdos de parejas. Cnt 5:6
10 June 2025

1111 - Cantares 5. Desacuerdos de parejas. Cnt 5:6

Descansando en Dios

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1111 – Cnt 5:6 - Cantares. Desacuerdos de parejas.


Abrí yo a mi amado; pero mi amado se había ido, había ya pasado; y tras su hablar salió mi alma. Lo busqué, y no lo hallé; lo llamé, y no me respondió.


El mundo no es un refugio para los enamorados. Es más, la tensión externa a menudo trabaja contra la relación matrimonial. La tercera parte de Cantares presenta el proceso de maduración de la pareja en su relación matrimonial. Tienen el primer desacuerdo importante (Cnt 5:2-6:3), luego la restauración (Cnt 6:4-8:4), y la madurez matrimonial con el poder del amor al crecer en la gracia (Cnt 8:5-14). Durante el matrimonio se presentan nuevos problemas, conflictos y frustraciones. Pero los esposos pueden aprender a ser un refugio el uno para el otro. Si ocurren diferencias, conflictos, una disminución en la intimidad y la pasión, recuerde que puede ser renovado y regenerado. Tomen tiempo para recordar aquellas primeras emociones, los puntos fuertes de su cónyuge, y el compromiso que se hicieron para toda la vida. “Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.” (Ecl 4:8-9).


I. Sueños y frustraciones (Cnt 5:2-4). “Yo dormía, pero mi corazón velaba. Es la voz de mi amado que llama: Abreme, hermana mía, amiga mía, paloma mía, perfecta mía, porque mi cabeza está llena de rocío, mis cabellos de las gotas de la noche. Me he desnudado de mi ropa; ¿cómo me he de vestir? He lavado mis pies; ¿cómo los he de ensuciar? Mi amado metió su mano por la ventanilla, y mi corazón se conmovió dentro de mí.” (Cnt 5:2-4). Algunos han sugerido que la amada sueña aquí, como en Cnt 3:1-4. Sin embargo, ella reconoce que "mi corazón velaba", indicando que no estaba profundamente dormida. El hombre llega tarde del trabajo, su cabello está mojado de rocío y anhela la comodidad del hogar y abrazarse con su esposa con ternura en la cama. Pero su esposa se ha dado el equivalente a una ducha tardía, y está ahora desvestida y en cama. Cuando se escucha el llamado a la puerta, ella está soñolienta. El habla con hermosas palabras y se dirige a ella con cuatro nombres, cada uno con el pronombre personal posesivo: hermana mía, amada mía, paloma mía, perfecta mía. Cada uno es íntimo y personal. La escena está preparada para una hermosa bienvenida al hogar, pero no será asi. La Sulamita presenta sus excusas: Se ha lavado cuidadosamente los pies, ¿cómo podrá ensuciarlos otra vez?, y no desea molestarse en vestirse de nuevo. Es un rechazo a tener relaciones sexuales con su amado esposo. En algunos casos, el vocablo pies es un eufemismo para tener relaciones sexuales. “Lava tus pies” y “dormir con mi mujer” son expresiones paralelas (2Sa 11:8,11; Rut 3:3-8). La Biblia enseña: “El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido. La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia.” (1Co 7:3-5).


II. Consecuencias del rechazo (Cnt 5:5-8). Yo me levanté para abrir a mi amado, y mis manos gotearon mirra, y mis dedos mirra, que corría sobre la manecilla del cerrojo. Abrí yo a mi amado; pero mi amado se había ido, había ya pasado;