1098 – Ecl 9:4 – Eclesiastés. Hay esperanza mientras hay vida.
“Aún hay esperanza para todo aquel que está entre los vivos; porque mejor es perro vivo que león muerto.”
Dios es justo y no habrá injusticias en el juicio final de los justos o de los malvados, porque Dios recuerda a unos y a otros el detalle de sus obras mientras viva debajo del sol. Por lo cual, el ser humano tiene esperanza mientras vive porque puede reflexionar y decidir ponerle freno a su vida apartada de Dios y cambiar de dirección al reconciliarse con Él. En el juicio final no habrá amigos, abogados, familia que intercede por ninguno. Mientras estamos vivos tenemos la esperanza de tener un intercesor, abogado para ayudarnos a reconciliar con Dios Padre antes del juicio final, ese intercesor es Jesucristo. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.” (Ro 5:10). Jesucristo “tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por Él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.” (He 7:24-25). Somos reconciliados con Dios Padre cuando aceptamos a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador: “Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.” (2Co 5:20).”
1. La mano soberana de Dios (Ecl 9:1). “Ciertamente he dado mi corazón a todas estas cosas, para declarar todo esto: que los justos y los sabios, y sus obras, están en la mano de Dios; que sea amor o que sea odio, no lo saben los hombres; todo está delante de ellos.” La poderosa y soberana mano de Dios está sobre todo ser humano debajo del sol. El Señor tiene su mano puesta sobre nosotros sea cual sea nuestra posición social, edad, credo religioso, nivel académico, posición económica, e inteligencia. Le guste o no, esté de acuerdo o no, todo está bajo el soberano control de Dios. El estar bajo la poderosa mano de Dios no es sinónimo ni garantía de tener prosperidad económica, buena salud física, protección del peligro, dolor, un trabajo sin problemas y que todo el mundo nos sonría y aprecie. Salomón es muy claro: “que sea amor o que sea odio, no lo saben los hombres; todo está delante de ellos.” Lo importante y que si nos ayuda es saber y creer que Dios tiene todo bajo su soberano control. Porque “Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y Él [Dios] hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?” (Dn 4:35).
2. La certeza absoluta de la muerte (Ecl 9:2-3a). “Todo acontece de la misma manera a todos; un mismo suceso ocurre al justo y al impío; al bueno, al limpio y al no limpio; al que sacrifica, y al que no sacrifica; como al bueno, así al que peca; al que jura, como al que teme el juramento. Este mal hay entre todo lo que se hace debajo del sol, que un mismo suceso acontece a todos”. Muchos, incluso algunos creyentes, viven debajo del sol como si nunca fueran a morir. Los ahoga los afanes de la vida y la carrera desenfrenada tras el viento para tratar de atrapar la satisfacción. Dios sentenció al hombre por desobedecer: “Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.” (Gn 3:19). Solo hay una esperanza de vivir por la eternidad, morir debajo del sol con Jesucristo en el corazón, y ser resucitado por el poder de Jesucristo para vida eterna (Fil 3:21; Col 3:4)