1000 – Sal 134:1 – Salmos. Bendecid a Dios.
Mirad, bendecid a Jehová, vosotros todos los siervos de Jehová, los que en la casa de Jehová estáis por las noches.
Este salmo habla acerca de un grupo pequeño: los levitas que servían en el templo como guardas ("los que en la casa de Jehová estáis por las noches"). Como el último de los quince "salmos de ascenso gradual" (Salmos 120-134), los adoradores llegaron al monte donde estaba situado el templo y veían a los guardas que lo protegían de día y de noche. Veían el trabajo de los vigilantes como un acto de alabanza a Dios, pues se hacía con reverencia y responsabilidad. Lleve a cabo su trabajo o tarea en la iglesia como un acto de alabanza y hágalo reverenciando a Dios. Hónrelo mediante la calidad de su trabajo y la actitud de servicio con que lo hace. “Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; porque nuestro Dios es fuego consumidor.” (He 12:28-29).
I. Exhortación a la fidelidad (Sal 134:1-2).
“Mirad, bendecid a Jehová, vosotros todos los siervos de Jehová, los que en la casa de Jehová estáis por las noches.” (Sal 134:1). Cantores levíticos fueron asignados al servicio en el templo, día y noche: Y los que eran “cantores, jefes de familias de los levitas, los cuales moraban en las cámaras del templo, exentos de otros servicios, porque de día y de noche estaban en aquella obra.” (1Cr 9:33). Bendecid a Jehová es un mandato. ¡Qué privilegio era ser asignado a la alabanza y el servicio a Dios continuamente aun en las noches! Pero, en aquel tiempo como ahora, tal servicio podría degenerarse en una rutina y volverse seco. El mandato de realmente bendecir a Dios llama la atención a hacerlo de corazón. “Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes.” (Ap 19:5) Que estáis normalmente conlleva la idea de estar de pie. Los levitas hacían el servicio en el templo estando de pie. “Alzad vuestras manos al santuario, y bendecid a Jehová.” (Sal 134:2). Algunos preguntan cómo los levitas podían levantar las manos al santuario si ya estaban en el santuario. Algunos traducen “a lugares santos” o “a cosas santas”, otros “en santidad”, y otros piensan en el santuario celestial. Podemos pensar que levantaron las manos hacia el lugar santísimo o hacia el santuario celestial. Era costumbre levantar las manos en la adoración (1Ti 2:8). “Levantemos nuestros corazones y manos a Dios en los cielos” (Lm 3:41) “Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te alabarán. Así te bendeciré en mi vida; en tu nombre alzaré mis manos.” (Sal 63:3-4). ¿Tienes el deber de pasar la noche despierto trabajando, vigilando o porque no puedes dormir? Si es así pásala en adoración. No permitas que el tiempo de vigilia sea perdido, ocioso, sino que cuando los otros estén durmiendo o adormilados y tú, por necesidad, veles, estén las alabanzas de la casa de Dios; ¡que haya alabanza en Sión, alaba lo mismo de noche que de día! “Alzad vuestras manos al santuario, y bendecid a Jehová.”
II. Invocación de bendición (Sal 134:3).
“Desde Sion te bendiga Jehová, El cual ha hecho los cielos y la tierra.” (Sal 134:3). El que canta ahora pide una bendición sobre otro. Exhorta a los sacerdotes a bendecir a Jehová y a ser bendecidos por Él. De nuevo se resalta la grandeza de Dios con base en la creación. El que creó todo, bendice desde un lugar específico, Sion, Jerusalén. Dios es infinito, pero se goza en bendecir a personas específicas y en lugares específicos. El autor de Hebreos usa el mismo concepto referente a Jesús y al santuario en los cielos diciendo: “sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos,