Este jueves 05 de junio recibimos una Palabra desafiante apartir de Mateo 14,22-36. Nuestro pastor David E. Ramos nos llevó a través dela Palabra sobre cómo Dios muchas veces nos obliga a entrar en procesos que noqueremos, como Jesús obligó a los discípulos a subir a la barca, sabiendo queenfrentarían vientos contrarios.
Aprendimos que no siempre los vientos estarán a nuestrofavor, pero que cuando sentimos que nos hundimos —como Pedro—, hay una mano quese extiende si somos capaces de gritar con sinceridad: “¡Señor, sálvame!”
No basta con seguir aJesús exteriormente. El discipulado verdadero implica ser confrontados ennuestra interioridad, exponer nuestras debilidades y dejar que Dios forme ennosotros una estructura interna fuerte, capaz de sostenernos ante la tormenta.Él no nos abandona. Él ora por nosotros. Y en el momento justo, aparececaminando sobre aquello que más tememos.