Este jueves 03 de julio, la Palabra nos exhortó a entender que los sueños de Dios no se cumplen mágicamente, sino a través de una participación entre la fidelidad de Dios y nuestras decisiones.Desde el ejemplo de José, aprendimos que aun cuando la realidad parece una pesadilla, es posible vivir el sueño de Dios y encontrar un hilo de esperanza en medio del sufrimiento.José recibió un sueño, pero antes de verlo cumplido, fue traicionado, vendido y encarcelado.Aun así, sirvió con integridad y esperanza, y allí, en la cárcel, Dios estaba con él.El sueño era de Dios, pero la actitud de José lo sostuvo.