Génesis 32, 22-31 | En Jaboc: lucha, lloro y ruego por la bendición (20-02-2025)

Jacob ha estado 20 años fuera de su hogar, enfrentando dificultades y dependiendo de su astucia para sobrevivir. Al regresar, se enfrenta al temor de reencontrarse con Esaú, quien podría querer matarlo. En este contexto de miedo y vulnerabilidad, Jacob se encuentra solo en la noche junto al río Jaboc, un momento que simboliza su crisis existencial.De repente, aparece un desconocido con quien lucha ferozmente hasta el amanecer. Esta lucha representa el proceso de transformación que Dios quiere hacer en su vida. Durante la pelea, el misterioso personaje toca la coyuntura de Jacob, hiriéndolo, lo que lo hace reconocer que no está luchando contra un humano, sino contra alguien superior.Por primera vez, Jacob deja de ser el hombre astuto que se aferra a las cosas con engaños y, en cambio, se aferra a Dios con llanto y súplica: “No te soltaré hasta que me bendigas”. Dios cambia su nombre de Jacob a Israel, declarando que ha vencido. La bendición no elimina su cojera, pero sí lo transforma.Este relato nos enseña que las mayores bendiciones de Dios llegan en medio de nuestras luchas y lágrimas. No siempre salimos ilesos, pero sí transformados. Como Jacob, a veces nuestra única opción es aferrarnos a Dios con llanto y ruego, porque solo con su bendición podemos cruzar los ríos de nuestra vida y encontrar descanso en Él.