Diplomado en Nueva Perspectiva sobre Pablo | Clase # 17 (10-06-2025)

La clase aborda la tendencia del ser humano a aferrarse a conceptos concretos como normas, rituales y estructuras religiosas, en lugar de abrirse a realidades más amplias y vivas como la promesa, la libertad del espíritu y el dinamismo de la fe. Se compara esta actitud con la de Israel, que divinizó la ley y el sábado, convirtiéndolos en ídolos en lugar de medios para la salvación.Se enfatiza que la Biblia no es Dios, sino un instrumento. Tomarla de forma literalista, sin entender su espíritu o el contexto de sus pasajes, puede llevar a interpretaciones erróneas y consecuencias peligrosas, como se ilustra con los ejemplos del predicador que fue mordido por una serpiente o del que intentó cruzar un río como el Jordán. La letra sin el espíritu puede ser fuente de esclavitud.Se explica que la ley debe estar al servicio de la promesa, y no al revés. Israel se centró en la ley (el medio) y olvidó la promesa (el fin). Jesús mismo, al ser cuestionado por los fariseos sobre guardar el sábado, recordó que el sábado fue instituido para el hombre, no el hombre para el sábado, priorizando la misericordia y el bienestar humano.La Nueva Alianza no niega la antigua, sino que la incluye y la supera, transformando la ley escrita en piedra a una ley escrita en el corazón por el Espíritu Santo. Se destaca que el nuevo pacto no es con un nuevo pueblo, sino que se da también con Israel, y los gentiles son injertados en Israel por la fe.Finalmente, se critica el dispensacionalismo por separar a Israel de la Iglesia y hacer creer que la Antigua Alianza ya no es útil, cuando en realidad la Nueva Alianza tiene una mayor eficacia para llevar a cabo el plan de Dios que ya estaba presente en la Antigua. La Iglesia no es un "nuevo" pueblo de Dios, sino el Israel que cree en las promesas