El asco puede evitar que comamos algo en mal estado o que entremos en contacto con algo que nos puede enfermar, pero a veces hay que hacerse fuerte y superarlo. Por ejemplo, a la hora de cambiarle el pañal con caca a un bebé. Pero ¿es lo mismo si el bebé es propio que si es de otra persona? Por suerte alguien se propuso investigarlo y nos toca solo contar los resultados.