En su estado optimo, los chakras deben estar todos activos y equilibrados de forma que todos se encuentren abiertos, es decir sin ningún bloqueo energético.
Si alguno se encuentra obstruido o con exceso de actividad se producirá un desequilibrio energético que se refleja en el cuerpo físico en forma de tensión, malestar o enfermedad. Para detectar su estado podemos utilizar nuestra percepción y las manos, o usar instrumentos específicos como el péndulo o biosensor, para los que saben utilizarlos.