Pertrechados con los peores equipos, este cuerpo militar integrado sólo por soldados afroamericanos, fue destinado a las zonas más peligrosas, entre ellas la frontera de Texas, donde los civiles blancos los insultaban y agredían, a pesar de que los protegían del acoso de los nativos americanos. Cuba, Filipinas y las dos guerras mundiales sirvieron para reconocer el valor de unos soldados marginados por el color de su piel.