La sabiduría y el poder de la palabra de Dios nos ayuda a mantenernos alejados de la mujer ajena (u hombre). De la palabra de Dios aprendemos sobre el engaño y la estrategia del pecado y la tentación. Aprendemos el resultado final del pecado y los maravillosos beneficios de la obediencia. La palabra de Dios imparte la luz espiritual y la fuerza que necesitamos para obedecer a Dios en esta difícil area.