Si uno en la vida no tiene pena, creo que uno no se desarrolla como ser humano. He aprendido que uno puede tener paz en el dolor, porque la paz la haces tú. La paz la hace uno, vive dentro de uno. Yo a la pena la abrazo, es parte mía. Y la alegría es la otra cara de la pena. Abrazo a ambas, porque para mí, eso es vivir. Han transcurrido varios años y algo he entendido: la pena ha sido mi maestra. Siempre va a ser parte de mi vida. Igual que la alegría. Al final, se trata de vivir, vivir y vivir, reflexiona Paula.
Si digo muerte, digo vida”
Un libro esperanzador escrito por Paula Assler @asslerpaula