
Bienaventurados (Pastor Diego Ardila)
Charlas Pastores Luis Salas y Jeannette Noguera, Iglesia ETP
Mateo 5:3-12
Hoy estamos en medio de un mundo que coloca el énfasis principalmente en lo que tenemos: Bienaventurados los que tienen riquezas, fortaleza, poder, conocimiento, prestigio, popularidad; los que tienen las “E” como característica principal en sus vidas: Economía, entendimiento, elegancia, energía; estas cosas son lo que la gente piensa que les trae felicidad; muchas personas tienen todo esto pero no tienen gozo, no son bienaventurados.
En el sermón del monte, el mensaje del Señor fue enseñar lo que es la verdadera felicidad. Jesús no coloca el énfasis en lo que el hombre tiene, sino en lo que hombre es; las bienaventuranzas describen las cualidades del carácter del hombre, el carácter de la verdadera fe.
La palabra bendecido significa “felizmente favorecido” y la palabra bienaventurado significa “tres veces bendecido”; BIENAVENTURADO (A): Del hebreo ‘ASHAR. Significa feliz, próspero, exitoso, derecho, correcto, satisfecho. Esta palabra significa primeramente "ser correcto".
La otra palabra hebrea para "Bienaventurado", es 'ASHRÊ, que significa también bienaventurado, feliz. De las 44 veces que aparece este nombre, 40 están en pasajes poéticos: 26 veces en los Salmos y 8 en Proverbios. ''ASHRÊ, comunica básicamente la prosperidad o felicidad que experimentan los que son favorecidos (bendecidos) por alguien superior.
Cristo vino a este mundo con un propósito, nuestra salvación, Él dijo “…Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en plenitud” Juan 10:10, La vida plena o bienaventuranza comienza con la salvación y continúa con un caminar con Cristo todos y cada uno de los días de nuestra vida. Entonces las Bienaventuranzas nos dan, ante todo, una imagen de nuestra salvación, y ésta continúa con nuestro caminar en Cristo.
Las bienaventuranzas son siete declaraciones de bendición dichas por Jesús al principio del Sermón del Monte (Mateo 5:3-12). Cada una comienza con la frase “Bienaventurados los. . .”.
La palabra “benditos” o “bienaventurados” significa “bienestar espiritual y prosperidad.” Es una palabra que se refiere al profundo gozo del alma. Aquellos que experimentan la primera parte de una bienaventuranza (pobreza, llanto, mansedumbre, hambre y sed de justicia, misericordia, pureza, pacificadores, y persecución), también experimentarán la segunda parte de la bienaventuranza (el reino de los cielos, consuelo, la tierra por heredad, saciedad, misericordia, ver a Dios, ser llamados hijos de Dios, y ser herederos del reino de los cielos). Los bienaventurados tienen participación en la salvación y entrada al reino de Dios, experimentando un anticipo del cielo.
Las bienaventuranzas describen al cristiano ideal y sus recompensas, tanto presentes como futuras. La persona a quien Jesús describe en este pasaje, tiene una cualidad de carácter y estilo de vida diferente de aquellos que aún están “fuera del reino”.
Las bienaventuranzas también se encuentran en el Antiguo Testamento, especialmente en :
- Salmos 1:1-3 “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará”.Salmos 34:8 “Gustad, y ved que es bueno Jehová; Bienaventurado el hombre que confía en él”.Salmos 65:4 “Bienaventurado el que tú escogieres y atrajeres a ti, Para que habite en tus atrios; Seremos saciados del bien de tu casa. De tu santo templo”.Salmos 128:1-4 “Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, que anda en sus caminos. Cuando comieres el trabajo de tus manos, Bienaventurado serás, y te irá bien. Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; Tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa. He aquí que así será bendecido el hombre que teme a Jehová”.“Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”.
¿Qué significa ser pobre de espíritu? Este es el primer paso hacia la salvación. Este es el punto en el que el Espíritu Santo comienza a despertarnos a nuestra necesidad de Cristo, Jesús no habló de la pobreza financiera, Jesús habló de los pobres en espíritu, sin importar cuanto tengo en las áreas de su vida, un pobre espiritual debe ser mendigo ante Dios, está escrito en Isaías 64:6 “Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento”, se refiere a la condición humana pecaminosa y a la inutilidad de las obras humanas para alcanzar la salvación o la justicia por mérito propio. La imagen del "trapo de inmundicia" enfatiza la impureza y la falta de valor de las acciones humanas ante la santidad de Dios.
Ser pobre de espíritu significa que hemos llegado a la comprensión de que no hay nada espiritualmente bueno en nosotros. Somos como un leproso que desea ser curado, como un menesteroso que no tiene quien le ayude y necesita de todo, nos damos cuenta de que estamos espiritualmente en bancarrota y que no hay nada que podamos hacer para remediar nuestra difícil situación. Salmos 72:12-13 “Porque él librará al menesteroso que clamare, y al afligido que no tuviere quien le socorra. Tendrá misericordia del pobre y del menesteroso, y salvará la vida de los pobres”.
Esto destruye el orgullo humano, porque si tu crees que eres bueno, no podrás entrar al reino de los Cielos al menos que te veas a ti mismo como un mendigo ante un justo y Santo Dios. Ya no dependemos de lo que solíamos depender, es necesario “Nacer de Nuevo”.
- "Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación”.
El conocimiento de cuán pobres espiritualmente somos, nos lleva a lamentarnos, qué es el siguiente paso en la fe que nos lleva a la salvación; con nuestro dolor espiritual viene una promesa de consuelo, Cristo pagó el sacrificio por nuestros pecados, nos perdonó y nos mantendrá en Él para siempre. Esta es una de las primeras señales de la verdadera salvación.
- "Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad”.
Los mansos y humildes son aquellos que silenciosamente se someten a Dios, a su palabra, que siguen sus direcciones y cumplen con sus propósitos.
Alguien que es manso no es débil, que es como el mundo suele ver la mansedumbre. La mansedumbre es la humildad hacia Dios. Sabiendo que no podemos hacer ninguna buena obra para ser salvos, acudimos humildemente a Dios y le pedimos que nos salve.
La mansedumbre es el comienzo del arrepentimiento, que es fruto del Espíritu. “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos”.
- “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados”.
El hambre y la sed de justicia es uno de los primeros signos de salvación, cuando recibimos la salvación, nos da hambre de leer la Palabra y aprender de ella; buscar tiempos de intimidad y comunión con Dios; esto trae la justicia de Dios a nuestras vidas; este es el secreto de la satisfacción plena en nuestras vidas.
- "Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia”.
Quienes conocen al Señor ejercen compasión por los demás, ser misericordioso es tener el carácter de Dios porque Dios es misericordiosos y sus misericordias son nu...