Lo que “vemos” es resultado de complejos procesos que tienen lugar en el cerebro, en estímulos e interacciones entre algunas neuronas. Saber cuántas y cuáles es otra cosa, otro problema, lo mismo que sucede con una cuestión añeja de la filosofía –estrictamente de la epistemología, o teoría del conocimiento– como es la pregunta de si la estructura del cerebro impone algunas condiciones a nuestras percepciones