Bendito sea el Señor que nos permite compartir un capítulo más del Catálogo Divino, con todos nuestros queridos amigos.
Uno de los dones más grandes y maravillosos que el Señor nos ha regalado es la Sagrada Eucaristía. Los santos lo han sabido y han aprovechado al máximo este sagrado regalo.
San Juan Eudes decía: "Para ofrecer bien una Eucaristía se necesitarían tres eternidades: una para prepararla, otra para celebrarla y una tercera para dar gracias".
Por eso en el cielo se perpetúa este sagrado banquete, donde el alma se alimenta de Dios mismo, llenándose de un gozo sin fin.
Hoy, 12 de mayo, recordamos a algunos de los santos que han amado intensamente a Jesús.
Hacemos memoria de: Santos Nereo y Aquileo, mártires; San Pancracio, mártir; san Cirilo y 6 compañeros mártires;
San Epifanio, obispo; san Felipe de Tracia, presbítero; san Modoaldo de Tréveris, obispo; santa Rictrudis, viuda y abadesa;
San Germán, Patriarca de Constantinopla; Santo Domingo de la Calzada, presbítero; beata Imelda Lambertini, virgen; Beata Juana de Portugal, princesa y monja.
Beato Michal Rapacz, presbítero y mártir; y la Beata María Paschalis Jahn, religiosa y mártir.
Una pequeña niña que murió de amor por Jesús, ocupa las páginas de nuestro Catálogo Divino en este día.
Conozcamos a la Beata Imelda Lambertini.
Pidamos la intercesión de esta niña que murió de amor por la Eucaristía.
Señor Jesucristo, que llevaste al cielo a la beata Imelda, herida por el amor ardiente a tu sagrado banquete; haz que nosotros, por su intercesión, acudamos con el mismo amor a tu Sagrado Altar, para que deseemos morir de amor por ti y merezcamos estar siempre contigo. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Aunque quizás no muramos, como Imelda, en ese momento de alegría cuando Jesús descansa en nuestros corazones, debemos desear vivir completamente para nuestro amado Señor y rogar para que el cambie nuestro corazón haciéndolo semejante al Suyo.
Con una santa comunión, Santa Imelda culminó su camino al cielo. Con una santa comunión Santa María Egipciaca se fue al cielo después de muchos años de penitencia. Y habiendo celebrado su primera y única Santa Misa, el Beato Carlos Leisner, coronó su entrega después de salir casi moribundo del campo de concentración en la segunda guerra mundial.
Amemos a Jesús Eucaristía y preparemos bien nuestro corazón para que podamos recibir todos los regalos que el Señor nos quiere dar en cada comunión.
Beata Imelda Lambertini,
Ruega por nosotros.