68 | Santa María Eufrasia Pelletier - 24 de abril - Cuarta Temporada (2024)

Un saludo para todos nuestros seguidores, a quienes les deseamos que la paz del Señor siempre abunde en sus corazones.

 

La belleza y el valor de vivir, lo comprendemos mejor cuando tenemos un encuentro profundo y verdadero con el Señor.

 

El motivo de que estemos vivos, está en el corazón de Dios, que nos anheló y deseó que viviéramos, para poder compartir con nosotros, su felicidad divina.

 

Sabernos amados y bien recibidos por Dios, es la mejor noticia que podemos tener, pero pocos la tenemos presente.

 

Por ello, la imagen de nuestra verdadera dignidad está desdibujada.

 

Los santos al descubrirse hijos amados de Dios podían comprender cómo su identidad estaba unida a la de Cristo y por ello se esmeraban en vivir de tal manera que pudieran reflejar en todos los momentos de su vida.

 

Pidamos a los santos de este día, 24 de abril, que nos enseñen a valorar y cuidar nuestra dignidad de hijos de Dios.

 

Los santos venerados hoy, son:

 

San Fidel de Sigmaringen, presbítero religioso y mártir; Santa  s mujeres María de Cleofás y Salomé; San Alejandro, mártir; San Antimo, obispo, y compañeros mártires;

 

San Gregorio de Elvira, obispo; San Deodato, diácono y abad; San Melito, obispo; San Wilfrido, obispo; San Egberto, presbítero y monje; San Guillermo Firmato, eremita;

 

Santa   María Eufrasia Pelletier, virgen; San Benito (Ángel) Menni, presbítero religioso; Beata María Elisabet Hesselbald, virgen.

 

Una Santa con una gran iniciativa, tuvo un gran reto como superiora al frente de su comunidad, al organizarla, para que pudiera extenderse alrededor del mundo, en su valiosísima labor de ayudar a las mujeres que deseaban cambiar una vida de sufrimiento y explotación por una vida libre y digna en Cristo.

 

Ella es Santa María Eufrasia Pelletier.

Oremos con un fragmento de este hermoso salmo que nos recuerda dónde está la fuente de nuestra seguridad:

El Señor es mi Pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan.

 

María Eufrasia nos hace esta invitación:

 

“no olviden que para trabajar útilmente en la santificación de las almas es preciso ser santo, ser todo de Dios”

 

Puede ser que nos guste ser totalmente de Dios cuando tenemos miedo y nos sentimos débiles en la vida.

 

Pero cuando nos sentimos poderosos y que podemos lograr todo solos, ahí se nos olvida que le pertenecemos a Dios y aparecen los malos frutos de nuestra vanidad y afán.

 

María Eufrasia nos recuerda que no se puede construir una vida plena albergando el mal que sabemos que nos hace daño.

 

Al no, no. Al sí, si. Lo demás ya saben de quién es.

 

Santa María Eufrasia Pelletier,

 

Ruega por nosotros.

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