209│Santa Catalina Labouré - 28 de noviembre - 2da temporada

Bienvenidos a este viaje por el tiempo que es el Catálogo Divino.

Aquí conocemos las admirables vidas de los santos

Y nos llenamos de esperanza que nuestra vida, también es una oportunidad para vivir la santidad.

¿Qué es una meta muy alta para nosotros?

De ninguna manera: Ese es el deseo de Dios; que podamos disfrutar de la plenitud de la vida.

Y vivir santamente, es vivir aplicando la sabiduría de Dios, la de la misericordia.

Así que conozcamos a los santos que hoy nos invitan a mirar al cielo en este 28 de noviembre:

Ellos son: Santa Catalina Labouré, virgen; San Andrés Tran Van Trông, mártir; San Crescenciano, mártir; Santos Edelboldo, Esteban el Joven, Basilio, Pedro, Andrés y otros trescientos treinta y nueve compañeros Monjes y Mártires; San Eustaquio, mártir;

San Félix; San Florenciano, obispo; San Honesto de Nimes, presbítero; San Hortelano, obispo; San Irenarco, mártir; San Jacobo de la Marca, religioso presbítero; San Lamano, mártir; San Mansueto de Uruci, obispo; San Papiniano y compañeros mártires;

Santos Rufo y Sóstenes, discípulos del Señor; Santa Teodora, mártir; San Urbano, obispo; Beato Gracia de Cattaro, religioso; Beato Jacobo Thompson, presbítero y mártir; Beato Juan Jesús (Mariano) Adradas Gonzalo y compañeros mártires y Beato Luis Campos Górriz, mártir.

Este día nos trae la maravillosa historia de una santa forjada en la mayor humildad que fue portavoz de la Virgen María dándonos como protección espiritual la llamada Medalla Milagrosa.

Ella es Santa Catalina Labouré.

Oremos a María Santísima para pedir por nuestra conversión:

Oh Virgen de la Medalla Milagrosa que apareció a santa Catalina Labouré en la actitud de Mediadora para el mundo entero y cada alma en particular, entregamos en tus manos y confiamos a tu Corazón nuestras súplicas! Dígnate presentarlas a tu Divino Hijo y conceder lo que pedimos si está conforme a la Voluntad Divina y útil a nuestras almas. Y después de levantar hacia Dios tus manos suplicantes, bájalos hacia nosotros y envuélvenos en los rayos de tus gracias, iluminando nuestro espíritu, purificando nuestro corazón, para que guiados por ti, alcancemos algún día la eterna bienaventuranza. Amén.

Aunque sus visiones fueron extraordinarias, el gran mérito de Catalina fue vivir santamente las cosas sencillas.

Nunca se consideró especial por sus visiones, pues estas gracias las recibió como un encargo, como una misión.

Y su extraordinaria humildad, fue la mejor manera de proclamar su fe y disposición de servicio a Dios, que se glorifica en las almas humildes.

Todo lo pequeño puede ser grande, cuando se hace con amor.

Su gran confianza en María, llevó a Catalina a Jesús.

Hagamos lo mismo y busquemos a los pies del Sagrario todas las gracias que necesitamos.

Jesús nos espera con el corazón abierto.

Santa Catalina Labouré,

Ruega por nosotros.

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